Singapur celebra este viernes elecciones legislativas en las que parte como favorito el partido del Gobierno en una votación marcada por la crisis de la COVID-19.
A continuación se explican las claves principales para entender los comicios en esta pequeña y moderna nación en el Sudeste Asiático.
Campaña digital en tiempos de COVID-19
La campaña electoral, que comenzó el pasado 30 de junio y finalizó ayer, se ha librado principalmente en las redes sociales y en televisión debido a la prohibición de mítines para evitar brotes del nuevo coronavirus.
Los candidatos pudieron hacer campaña puerta a puerta pero sin estrechar la mano, manteniendo una distancia de un metro y con un máximo de 5 personas. El voto es obligatorio para los 2,67 millones de singapurenses llamados a las urnas.
Singapur fue uno de los primeros países en responder a la COVID-19, que ha dejado 23 muertos hasta la fecha, y su sistema de detección temprana le granjeó la admiración internacional. Sin embargo, el virus se desató entre los hacinados barracones de los trabajadores inmigrantes, que suponen el 90 % de sus más de 45.000 casos detectados.
LUCHA DE HERMANOS BAJO LA SOMBRA DE LEE KUAN YEW
El primer ministro y líder del Partido de Acción Popular (PAP), Lee Hsien Loong, parte como favorito a ganar las elecciones y renovar su cargo por otros cinco años. Su partido ha gobernado Singapur desde la independencia en 1965.
El mandatario es visto como un continuador del legado de su padre, Lee Kuan Yew (1923-2015), el fundador que convirtió Singapur en un próspero centro financiero internacional con medidas económicas de corte liberal y una política autoritaria que supedita la libertad de expresión a la armonía social.
Desde 2017, Lee Hsien Loong ha mantenido un enfrentamiento con sus hermanos y el menor, Lee Hsien Yang, ha expresado su apoyo en estos comicios al opositor Partido Progresista de Singapur, que aboga por reducir la desigualdad y enmendar la ley contra las noticias falsas, criticada por dar amplios poderes de censura al Gobierno.
UNA OPOSICIÓN DÉBIL Y DIVIDIDA
Solo el PAP postulará candidatos a los 93 escaños del Parlamento, mientras que ninguno de los otros diez partidos contendientes se presentan a más de 24 asientos. El PAP ha gobernado con holgada mayoría desde 1963, cuando se independizó del Reino Unido, pero formaba parte de Malasia.
El PAP ganó sus primeras elecciones en 1959, cuando estaba aún bajo el mandato británico.
El PAP, que ganó el 69,9 % de los votos en los comicios de 2015, ocupa 83 escaños en el Parlamento, donde el opositor Partido de los Trabajadores tiene los otros 9 asientos.
La oposición critica el sistema electoral por ser poco proporcional y acusa al Gobierno de beneficiar al PAP en la delimitación de las circunscripciones electorales.
Algunas de las propuestas de la oposición son incrementar la transparencia en la política, crear la sanidad universal o adelantar la edad mínima para votar de los 21 a los 18 años. No obstante, nadie espera que el PAP pierda las elecciones.
RECESIÓN EN CIERNES
Debido al parón económico causado por la COVID-19, está previsto que el Producto Interior Bruto (PIB) de la ciudad-Estado se contraiga entre un 4 y un 7 %, la primera recesión desde la crisis financiera de 1998.
Lee Hsien Loong adelantó las elecciones, previstas para el primer trimestre de 2021, para poder hacer frente a la crisis con un Gobierno sólido, según sus palabras.
Las autoridades han aprobado cuatro paquetes de ayudas valorados conjuntamente en 92.000 millones de dólares singapurenses (65.800 millones de dólares o 58.400 millones de euros) para paliar los efectos de la crisis, pero han advertido que prevén cierres de empresas y un aumento del paro.
Sede de 1.500 instituciones financieras y aseguradoras, Singapur es una moderna metrópoli multicultural con hoteles de lujo, centros punteros de investigación científica y modernas escuelas. Con un PIB per cápita de 63.000 dólares, uno de los mayores en el mundo, el país también padece un problema de desigualdad con un 20 % de las familias en estado de vulnerabilidad.
MODERNA, AUTORITARIA Y EFICIENTE
Singapur se ha distinguido como un modelo de transición autoritaria hacia la modernidad para las autoridades chinas desde que la ciudad-Estado fuera visitada por Deng Xiaoping en 1979.
El éxito económico singapurense ha venido acompañado de un control estricto de los medios de comunicación, en su mayoría dependientes del Gobierno, leyes restrictivas de la libertad de expresión y castigos duros contra las infracciones y crímenes, incluida la pena de muerte para el narcotráfico.
Su reputación de eficiente también le confiere relevancia en la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), conformada por diez naciones de la región. Entre otros asuntos, la ASEAN puede ser un actor relevante en el enfrentamiento económico y diplomático entre China y Estados Unidos.
EFE