La provincia de Corrientes sufre desde enero pasado incendios forestales que han arrasado al menos 785.238 hectáreas.
Un comienzo de lluvias trajo alivio el domingo en algunas zonas de la provincia de Corrientes (noreste), que es foco de incendios de tal magnitud que Argentina pidió ayuda a países como Brasil, Estados Unidos y Bolivia para contar con más recursos y de mayor magnitud para apagar las llamas, según fuentes oficiales.
El gobernador de la provincia de Corrientes, Gustavo Valdés, advirtió que si no llueve suficiente, no alcanzará para apagar los incendios si no cuenta con “ayuda de más magnitud, como aviones hidrantes de mayor porte”, en diálogo con el canal TN.
Valdés solicitó la colaboración de Estados Unidos para conseguir aviones hidrantes de mayor porte, a través del embajador estadounidense en Argentina, Marc Stanley, y del embajador argentino en ese país, Jorge Argüello: “Estamos esperando las noticias”, afirmó.
Corrientes ya recibió diversos recursos de Brasil, como dotaciones de bomberos del estado de Rio Grande del Sur y del municipio de São Borja, que este sábado cruzaron la frontera para unirse al combate del fuego en los municipios correntinos de Santo Tomé.
Corrientes sufre desde enero pasado incendios que han quemado 785.238 hectáreas, lo que representa un 8,8 % de la provincia que limita con Paraguay, Brasil y Uruguay, de acuerdo al informe de evolución de los incendios elaborado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) al 16 de febrero último.
La provincia ha sido declarada “zona de catástrofe ecológica y ambiental” y ha recibido recursos de varias provincias del país, del Gobierno nacional y de particulares.
Según indicó Valdés, en Corrientes están trabajando entre 2.800 y 3.000 personas capacitadas y especialistas, unos cinco helicópteros y 12 aviones hidrantes, “pero no son suficientes”.
Los incendios arrasaron con la flora, la fauna, los enclaves productivos y centros turísticos generando desesperación e impotencia entre los productores y la población y pérdidas que el gobernador estimó en 40 mil millones de pesos (374 millones de dólares).
Las coberturas vegetales más afectadas fueron las de ambientes de humedales con más de 460 mil hectáreas acumuladas, según el INTA, entre los que se encuentran los esteros y otros bañados con 245.110 hectáreas, en tanto el área quemada en los bosques cultivados alcanzó 31.265 hectáreas y en los bosques nativos, 28.733 hectáreas.
gs (efe, TN, El Economista)
Fuente: Deutsche Welle