El presidente de Venezuela dijo que estas son “heridas” que “obligan” al Gobierno a multiplicar las formas de protección a las familias a través de bonificaciones.
Venezuela percibe 98,6 por ciento menos ingresos que en 2013, el año en que Nicolás Maduro llegó a la Presidencia, según el propio mandatario explicó este martes durante su mensaje anual.
“Pasamos de tener más de 50.000 millones de dólares (56.609 millones) en 2013 a disponer apenas de 743 millones en el año 2020”, dijo el gobernante ante la Asamblea Nacional (AN, Parlamento), de contundente mayoría oficialista.
En su rendición de cuentas sobre el ejercicio del poder en 2020, el presidente también admitió que el desempleo y la pobreza crecieron, si bien los márgenes presentados son muy inferiores a las estimaciones no gubernamentales, según las cuales la gran mayoría de personas venezolanas vive en la miseria. Asimismo, Maduro reconoció que el bombeo de la estatal petrolera PDVSA cayó 69 por ciento entre 2015 y 2019, un fenómeno que llevó al país caribeño a perder ingresos por el orden de los 102.500 millones de dólares.
El mandatario presentó una gráfica en la que se aseguraba que para marzo de 2015 Venezuela producía 2.817.000 barriles de petróleo por día. No indicó cuántos barriles por día produce en la actualidad PDVSA, pero sí que el país dejó de bombear más de 2.153 millones de barriles de crudo “para refinación y exportación”. Según datos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) -que cita fuentes secundarias- el país bombeó en agosto pasado 339.000 barriles de crudo diario.
Al referirse a las sanciones internacionales que han impuesto a Venezuela en los últimos años, Maduro aseguró que estas “no solamente han afectado al Estado y a la nación” sino que también “han perturbado las operaciones de muchas empresas locales y extranjeras (…) La desquiciada política de (el presidente estadounidense) Donald Trump hacia Venezuela le ha infligido un daño enorme a numerosas empresas extranjeras que mantenían negocios con y en Venezuela, empresas del sector petrolero, tenedores de bono, inversionistas, industrias, entre otras”.
Maduro subrayó que las medidas restrictivas, especialmente las emitidas desde Washington, acabaron con la capacidad de pago de Venezuela, que acumula un trienio con suspensión de pagos, algo que ha afectado a tenedores de deuda externa venezolana, la mayoría estadounidenses, que “han perdido 77.000 millones de dólares” estos años. “Estas y no otras son las razones de la brutal contracción económica de este período”, remarcó, en alusión a los casi 30 trimestres de caída consecutiva que acumula el Producto Interno Bruto (PIB) hasta ahora.
“La pobreza general en un 17 por ciento y la pobreza extrema en un 4 por ciento, si de necesidades de vivienda, salud, educación, etcétera, se trata”, dijo el gobernante, para luego aclarar que los resultados de estos indicadores en el año 2020 todavía no se encuentran disponibles. Estos datos contrastan con los de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI), realizada por las universidades más importantes del país, que situó el indicador de pobreza en porcentajes superiores.
El desempleo, por su parte, fue del 8,8 por ciento, dos puntos por encima en comparación con el 2019. Además, explicó Maduro, también ha habido “una reducción del trabajo formal del 59,3 por ciento al 56,1 por ciento, y (un crecimiento) del trabajo informal del 40,7 por ciento al 43,9 por ciento”. Según dijo, estas son “heridas” que “obligan” al Gobierno a multiplicar las formas de protección a las familias a través de bonificaciones ya que, como reconoció, el salario mínimo que perciben no se corresponde con la realidad económica. Según la tasa de cambio del Banco Central de Venezuela (BCV), el salario mínimo mensual es de menos de un dólar.
DW.