Olimpiadas de Pekín: así funciona la estricta burbuja sanitaria anticovid-19

Foto: RFI

Los Juegos de Pekín son los segundos de la era Covid, tras los de Tokio del año pasado, con un año de retraso.

En vísperas de la apertura oficial de las olimpiadas invierno en China este viernes, los atletas se alistan y la prensa internacional prepara su cobertura en medio de una estricta burbuja sanitaria. “Da la impresión de trabajar en un reactor nuclear”, dice el enviado especial de RFI Christophe Diremszian en Zhangjiakou, uno de los tres sitios de estas olimpiadas de inverno marcadas por la epidemia y la ausencia de nieve.

Los Juegos Olímpicos de Invierno se inauguran oficialmente el viernes en Pekín, con unas restricciones antiepidémicas sin precedentes.

El relevo de la antorcha de los Juegos Olímpicos de Invierno empezó el miércoles en Pekín. Atravesará los lugares más emblemáticos de la capital china, incluida la Gran Muralla.

Más de 1.000 relevistas cargarán durante los solos tres días de recorrido con la llama por las zonas de competición de Pekín y de la cercana ciudad de Zhangjiakou, que acoge eventos de esquí de fondo y snowboard, antes de la ceremonia inaugural del viernes por la noche.

En medio de las preocupaciones por el coronavirus, las autoridades quieren limitar la asistencia de público al recorrido de la llama y han pedido a los ciudadanos seguir los relevos por internet.

Los Juegos de Pekín son los segundos de la era Covid, tras los de Tokio del año pasado, con un año de retraso.

Sin embargo, en un país que se enorgullece de su política de “cero covid”, las medidas de protección contra la epidemia son mucho más radicales que en Japón: los participantes son confinados en una burbuja sanitaria, de la que no saldrán hasta que abandonen el país.

Desde Zhangjiakou, uno de los tres sitios donde se desarrollarán las olimpiadas de inverno, Christophe Diremszian, enviado especial de RFI describe las medidas draconianas impuestas por las autoridades chinas para evitar los contagios. “Cada día se repiten las mismas escenas: pruebas diaras de Covid-19 obligatorias en la boca, gel hidroalcohólico en las manos cada vez que uno ingresa a la sala de prensa incluso después de haber salido 5 minutos, y aspersión de productos desinfectantes en los pasillos”.

Además, la presencia frecuente de “personal con trajes integrales blanco, zapatos azules y mascarillas con viseras da la sensación de trabajar en un reactor nuclear”.

En cuanto a la distribución de alimentos, “tampoco es un momento que permite mucha convivencia. La comida nos llega con robots o baja automáticamente desde arriba”. “Y las pancartas recuerdan que hay que evitar lo más posible los contactos entre la población local y los extranjeros.”

“De lejos, vemos partes de la Gran Muralla que quedará inaccesible para nosotros”, relata el reportero.

Boicot y criticas de los ambientalistas

Pekín es la primera ciudad que acoge tanto los Juegos de Verano como los de Invierno, 14 años después de la edición de 2008. Pero a diferencia de los juegos de Verano, esta competición está generando menos entusiasmo entre la población y el régimen chino no ha desplegado su habitual arsenal propagandístico en la antesala de un gran acontecimiento internacional.

“China intenta bajar la temperatura de los Juegos Olímpicos”, observa Simon Chadwick, experto deportivo de la EM Lyon Business School en Francia.

La razón de ello dice, es que el gobierno chino se ha encontrado en el centro de las controversias sobre derechos humanos en los últimos meses. Varios países, encabezados por Estados Unidos, han anunciado un “boicot diplomático” de los Juegos: envían atletas, pero ninguna delegación oficial asistirá al evento.

Washington pretende denunciar en particular el destino de la minoría musulmana uigur en el noroeste de China, donde los estadounidenses acusan a Pekín de llevar a cabo un “genocidio” mediante esterilizaciones forzadas.

Pekín rechaza estas acusaciones y acusa a Washington de mezclar deporte y política.

Por otra parte, los Juegos de Pekín, que se celebran en lugares donde normalmente nieva poco, recurren masivamente a la nieve artificial, lo que ha provocado las críticas de los ecologistas.

Fuente: Radio Francia Internacional

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