El presidente de Chile, Sebastián Piñera, anunció en la noche de este viernes ante el Congreso un plan de reactivación económica y alertó sobre la amenaza del populismo.
En medio del sonar de cacerolas tras llamados en redes sociales y algunas protestas callejeras en Santiago y en el vecino puerto de Valparaíso, donde se ubica el Congreso, Piñera anunció un programa de subsidios al empleo que podría beneficiar hasta a un millón de personas y un plan de inversiones públicas en infraestructura por 34.000 millones de dólares.
En un año se han perdido en Chile cerca de 1,7 millones de empleos, y la tasa de desempleo subió al 12,2 por ciento en el trimestre abril-junio, un alza de 4,9 puntos porcentuales respecto a igual período del año pasado, debido a los efectos de la pandemia, sobre todo en el comercio, el turismo y la construcción.
La cifra oficial de desocupados no considera a las 801.800 personas que se acogieron a la llamada la Ley de Protección al Empleo, creada en marzo para enfrentar los efectos de la pandemia y que permite suspender temporalmente los contratos y que los trabajadores se acojan a seguros de desempleo. Sin esa ley, el desempleo alcanzaría al 22,8 por ciento.
En un tono más conciliador, después de dos semanas en que su gobierno sufrió duras derrotas políticas, Piñera reconoció la tardanza en la entrega de la ayuda oficial para los afectados de la pandemia.
Plebiscito de octubre
“Algunos dicen que la ayuda del gobierno a las familias afectadas no ha sido suficiente o no ha llegado a tiempo. Y en cierta medida tienen razón”, afirmó el mandatario en su discurso anual ante el Congreso, en una ceremonia que se realizó bajo un protocolo especial sanitario que incluyó un mínimo de asistentes.
El mandatario, que el martes realizó un extenso cambio de gabinete, incluyendo a miembros de la derecha más dura, alertó también sobre la amenaza del populismo.
“El mundo entero está siendo amenazado por el populismo, que plantea siempre el camino fácil, de los derechos sin deberes, de los logros sin esfuerzo”, afirmó.
“Estando a pocas semanas del plebiscito acordado debemos ejercer esta libertad y responsabilidad con rigor, especialmente en tiempos de crisis, que tienden a ser un caldo de cultivo para el surgimiento del populismo”, agregó el mandatario.
El referéndum, que se debe realizar el 25 de octubre, fue planteado como uno de los caminos de salida para destrabar la crisis social que estalló en Chile el 18 octubre del año pasado.
En la consulta, los chilenos deben decidir si “aprueban” o “rechazan” cambiar la actual Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
“Esperábamos más del mensaje del presidente; hizo una referencia sobre la violencia pero no sobre las demandas de los chilenos que salieron a las calles y no se hace cargo de estas demandas”, criticó Álvaro Elizalde, presidente del opositor Partido Socialista.
DW.