La iniciativa se ampara en una normativa municipal por la que las familias tengan tres años de plazo para evitar la exhumación.
La prefectura de San Pablo compró 12 contenedores de metal para almacenar provisionalmente restos mortales exhumados de los cementerios de la ciudad y habilitar más espacio para las víctimas mortales del coronavirus.
El prefecto de San Pablo, Bruno Covas, explicó que los contenedores llegarán en un plazo de 15 días.
La iniciativa se ampara en una normativa municipal por la que las familias tienen tres años de plazo para evitar la exhumación, dos años en caso de menores de hasta seis años. Muchas familias no hacen esta gestión, por lo que los fallecidos pueden ser retirados de los cementerios.
En el Cementerio de Vila Formosa, la exhumación y acumulación de restos en bolsas en contenedores de metal ya está siendo practicada y la Prefectura defiende que este sistema es “más eficiente y rápido que la construcción de un osario tradicional” de albañilería. Además, asegura que “todos los restos mortales son debidamente identificados y acomodados” para su posterior reubicación.
Desde enero y hasta finales de mayo San Pablo ha realizado 6.469 traslados a osarios para habilitar espacio para los 37.555 entierros registrados desde el 1 de enero hasta finales de mayo, un aumento del 37 por ciento en comparación con el año anterior.
Los datos oficiales apuntan a más de 5.000 fallecidos y 86.000 contagiados por coronavirus en San Pablo. A nivel federal, son 41.901 las muertes y 829.902 los contagios, con lo que Brasil ya es el segundo país del mundo en decesos y casos, solo por detrás de Estados Unidos.
San Pablo y Río reabrieron centros comerciales en plena aceleración del COVID-19
A pesar del acelerado ritmo de expansión de la enfermedad, diversos estados y ciudades, entre ellas San Pablo y Río, han flexibilizado las medidas de aislamiento y reabierto sus comercios y centros comerciales, lo que ha generado un aluvión de críticas de especialistas y científicos, quienes alertan de que el país solo deberá alcanzar el pico de la curva de contagio en julio.
La Alcaldía de la mayor ciudad de Latinoamérica ha condicionado la reapertura de los establecimientos a la adhesión de una serie de medidas sanitarias, como el respeto al distanciamiento social, el uso de mascarillas, un horario de funcionamiento reducido a cuatro horas diarias y una ocupación máxima de un 20 % del aforo total.
Sin embargo, fueron registrados diversos puntos de aglomeraciones en la ciudad, sobre todo en los barrios más populosos y donde se concentran los comercios callejeros.
Lo mismo ha sucedido en Río de Janeiro, la segunda ciudad brasileña más azotada por el coronavirus y donde el alcalde, Marcelo Crivella, ha anticipado la reapertura de los centros comerciales, que estaba prevista solo para la semana próxima.
(Con información de Europa Press y EFE)