Si fuera un país ocuparía la posición 88 en la lista del Banco Mundial que clasifica a 207 estados del mundo de acuerdo con su Producto Interno Bruto (PIB). Concretamente, se ubicaría entre la República Democrática del Congo (US$53.900 millones) y Túnez (US$46.800 millones).
Y es que Saudi Aramco, la empresa estatal petrolera de Arabia Saudita, acaba de romper su propio récord al obtener unas ganancias de US$48.400 millones durante el segundo trimestre de 2022. Esa cifra es superior al PIB de países como Bolivia, Paraguay, El Salvador, Honduras, Haití o Nicaragua.
Eso implica un aumento de 90% en comparación con el año anterior y representa el mayor beneficio obtenido por la principal compañía exportadora de energía del mundo desde que comenzó a cotizar en bolsa hace tres años.
Sus ganancias son superiores al PIB de más de la mitad de los países del mundo.
Guerra y demanda
Un elemento central en el aumento de los beneficios de Saudi Aramco ha sido la invasión de Rusia a Ucrania, que ha disparado los precios del gas y del petróleo en el mundo.
Rusia es uno de los mayores exportadores de estos combustibles, pero Estados Unidos y muchos gobiernos europeos se han comprometido a reducir su dependencia en los hidrocarburos rusos debido a la guerra.
De acuerdo con Bloomberg, los resultados obtenidos por la empresa saudita representan “la mayor ganancia” trimestral obtenida por una compañía que se cotiza en bolsa.
Saudi Aramco anunció que no hará cambios en sus dividendos que se mantendrán en US$18.800 millones durante el tercer trimestre.
La compañía dijo que seguiría aumentando su producción para satisfacer la demanda.
“Si bien la volatilidad del mercado global y la incertidumbre económica permanecen, los eventos durante la primera mitad de este año respaldan nuestra opinión de que la inversión continua en nuestra industria es esencial, tanto para ayudar a garantizar que los mercados permanezcan bien abastecidos como para facilitar una transición energética ordenada”, dijo el presidente y director ejecutivo de Aramco, Amin Nasser.
“De hecho, esperamos que la demanda de petróleo continúe creciendo durante el resto de la década, a pesar de la disminución de las presiones económicas según los pronósticos mundiales a corto plazo”, agregó.
Los precios del crudo ya venían en aumento antes de la guerra en Ucrania, gracias a la recuperación de las economías tras el impacto de la pandemia de covid-19 y al hecho de que la demanda estaba superando la oferta.
Los principales productores de petróleo, incluyendo ExxonMobil, Chevron y BP, han informado sobre enormes ganancias este año, lo que ha llevado a que en distintas partes del mundo se hayan hecho llamamientos para que los gobiernos impongan un impuesto extraordinario para hacer frente a un alarmante aumento en el costo de la vida.
En junio, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que Exxon había ganado “más dinero que Dios este año”.
Arabia Saudita es el mayor productor de crudo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
La OPEP+, un grupo que reúne a los miembros de la OPEP junto a otros productores importantes como Rusia, acordó la semana pasada aumentar ligeramente la producción en un esfuerzo por ayudar a aliviar los altos precios del petróleo. Sin embargo, el último aumento de la producción es a un ritmo mucho más lento que en los últimos meses.
La decisión supuso un duro golpe para líderes mundiales que, como Biden, han pedido que se intensificara la producción.
Fuente: BBC Mundo