Todo había sido preparado con pompa para el gran regreso a la campaña.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvía este sábado otra vez al ruedo de los mítines electorales tras el largo lapso de la pandemia del coronavirus.
Y pese a los temores de que un evento de este tipo podría contribuir a la propagación del covid-19 en un país donde ya han muerto casi 120.000 personas por esa causa, el mandatario anunció que un millón de seguidores habían pedido entradas para ver y escuchar a su presidente.
“¡Casi un millón de personas solicitaron entradas para el Rally de la noche del sábado en Tulsa, Oklahoma!”, escribió en Twitter.
Mientras un funcionario de Tusla pronosticó que esperaban unas 100.000 en las afueras del lugar del evento, el Bank of Oklahoma Center.
Era tanta la multitud esperada que por primera vez desde que Trump se sumó a la política hace cuatro años, los organizadores decidieron instalar un escenario al aire libre para que el presidente también pudiera hablar a los que se quedarían fuera del lugar.
“Esta será la primera vez que el presidente hablará en persona a las multitudes que se encuentren tanto adentro como afuera”, escribió en Twitter Brad Parscale, el jefe de campaña de Trump.
Sin embargo, poco antes del esperado momento, el escenario exterior fue removido: no había casi nadie. Las esperadas multitudes nunca se presentaron.
Entretanto, dentro del recinto donde tendría lugar el mitin, con 19.000 asientos de capacidad, los largos espacios vacíos marcaban el discurso del presidente.
Trump llamó “guerreros” a los seguidores que llegaron hasta allí, en un número considerablemente menor al esperado.
Pero ¿qué pasó? ¿Cómo fue posible? ¿Cómo la campaña del presidente de EE.UU. pudo equivocarse de forma tan estrepitosa?
El desafío de Tiktok
La campaña de Trump culpó a los manifestantes “radicales” y a los medios de comunicación por la falta de participantes, aunque el presidente posteó fotos en su Twitter de las “multitudes” que habían llegado allí por él.
Sin embargo, cuando las fotos de los medios de comunicación comenzaron a mostrar la falta de público en un evento que prometía reunir hasta un millón de personas, las redes sociales comenzaron a ofrecer un punto de vista sobre lo que sucedía.
Según políticos, expertos y medios de Estados Unidos, miles de jóvenes usuarios de TikTok y fanáticos del K-Pop estuvieron detrás de lo sucedido: volvieron un desafío en la red social pedir tickets para el evento… para luego no presentarse.
El estratega político Steve Schmidt, quien trabajó para la campaña de George W. Bush, reveló que miles de adolescentes de Estados Unidos ordenaron boletos sin tener la intención de presentarse para asegurarse de que hubiera asientos vacíos.
Schmidt, que pertenece al Partido Republicano, contó que su propia hija de 16 años y sus amigos habían solicitado “cientos” de boletos.
Varios padres respondieron a la publicación Schmidt contando que sus hijos habían hecho lo mismo.
La congresista demócrata Alexandria Ocasio-Cortez elogió en su Twitter a los jóvenes y a los fanáticos del K-pop que dijo que “habían inundado la campaña de Trump con reservas de boletos falsos” a través de TikTok.
No está claro cuántas de las cientos de miles de reservas de boletos promocionadas por la campaña de Trump fueron falsas, pero un video de TikTok del 12 de junio que alienta a las personas a registrarse para obtener boletos gratis para asegurarse de que haya asientos vacíos recibió más de 700.000 me gusta.
El video fue publicado después de que se anunciara la fecha original del evento para el 19 de junio, lo que provocó numerosas críticas porque coincidiría con la celebración del fin de la esclavitud estadounidense y en el sitio donde tuvo lugar una de las peores masacres raciales en la historia de Estados Unidos.
Una chispa
Mary Jo Laupp, una mujer de 51 años de Iowa parece haber jugado un papel central en alentar a los jóvenes estadounidenses a ir al sitio web de Trump, registrarse para asistir al evento y luego no participar.
“Todos aquellos que queremos ver este auditorio de 19.000 asientos apenas lleno o completamente vacío, vayan a reservar boletos ahora para que lo dejemos solo (a Trump) allí en el escenario”, escribió en TikTok.
Fue una chispa en un polvorín: centenares de usuarios comenzaron a publicar videos que mostraban que también se registraron para el evento y publicaciones similares comenzaron también a aparecer en Instagram y Twitter.
Otro video se dirigió a los fanáticos de la música pop surcoreana, que cuentan con gran poder en las redes sociales y que se han unido en las últimas semanas a las protestas virtuales contra el racismo.
TikTok, una red social utilizada para compartir videos cortos y graciosos, no había sido utilizada hasta ahora para fines políticos de este tipo.
Miedos por el coronavirus
El mitin electoral de Trump en Tulsa estuvo marcado también por las preocupaciones por la celebración de un evento de este tipo a medida que los casos de coronavirus vuelven a aumentar exponencialmente en varios estados, incluida Oklahoma.
Los críticos del presidente lo cuestionaron por poner en riesgo a sus seguidores, a quienes no se les pidió que utilizaran mascarilla.
No obstante, los asistentes al evento tuvieron que firmar una exención que protege la campaña de Trump de la responsabilidad por si se enfermaban de covid-19.
Horas antes de que comenzara el evento, las autoridades dijeron que seis miembros del personal involucrados en la organización del mitin habían dado positivo a un test de coronavirus.
La pandemia fue de hecho uno de los temas que mencionó Trump en su largo discurso de casi dos horas de duración.
Según dijo, había pedido a sus oficiales que disminuyeran el número de pruebas que se hacían, porque a mayor cantidad de pruebas, mayores serían los casos.
Según los datos de la Universidad Johns Hopkins, se han reportado más de 2.2 millones de casos de covid-19 y 119.000 muertes asociadas a la enfermedad en EE.UU.
“Aquí está la parte mala: cuando hagas pruebas, vas a encontrar más personas, encontrarás más casos. Así que dije ‘hagan menos pruebas'”, dijo a la multitud que lo vitoreaba.
El comentario provocó amplio rechazo en EE.UU., por lo que un funcionario de la Casa Blanca luego trató de matizar lo sucedido y aseguró que el presidente estaba “obviamente bromeando”.