Autoridades departamentales y especialistas de Santa Cruz, advierten que el descenso de la curva de contagio que se ha reflejado en los últimos días, no debería derivar en que la población comience a relajarse en el cumplimiento de las medidas de bioseguridad. De hecho, advirtieron que se estima una segunda ola de la enfermedad, que podría registrarse en poco más de un mes, es decir, entre finales de septiembre y octubre. Por esta razón se trabaja en un plan para reforzar la contención de casos y el aumento de disponibilidad de camas en hospitales.
El director del Sedes, Marcelo Ríos, dijo que de acuerdo a la experiencia internacional la segunda ola aparece en la cuarta o quinta semana después de la desaceleración de casos y actualmente en Santa Cruz se está alrededor de la tercera semana después del inicio de la meseta que fue el 17 de julio, por lo que la segunda ola podría registrarse a finales de septiembre o inicios de octubre.
Agregó que para que el sistema se prepare para este evento se necesitan datos de la población que enfermó hasta ahora y su estado actual, por ello, la importancia del estudio de seroprevalencia que comenzó a aplicarse en la capital cruceña.
Los datos en cuanto al periodo de meseta que maneja el epidemiólogo Juan Saavedra son distintos a los de Ríos. Él estima que la meseta departamental se registró entre junio y julio, por lo que ya van 24 días de descenso de casos. Agregó que ahora es vital el diagnóstico temprano de pacientes para así, en el escenario más optimista, evitar una segunda ola.
Sin embargo, dijo que como en la actualidad no hay los reactivos suficientes, entre otras dificultades de detección, se estima que la segunda ola se podría registrar en aproximadamente cuatro o cinco semanas, es decir, igual a finales de septiembre o inicios de octubre.
Por su parte, el director nacional de Epidemiología, Virgilio Prieto, señaló que aún no se puede hablar de una segunda ola en ninguna zona del país, pues en la actualidad se sigue reportando una importante cantidad de positivos a diario. “Se tiene que empezar a reducir los casos considerablemente para que recién se pueda hablar de una nueva escalada”, remarcó.
Además, dijo que en la actualidad hay que tener especial cuidado en los brotes en pequeñas zonas donde aún no se reportaron casos, pues esto podría acelerar la llegada de la segunda ola.
Ríos dijo que erróneamente los pacientes que ya se recuperaron piensan que son inmunes a la enfermedad y se relajan en las medidas de prevención y a esto se suma que la población ya se cansó de cuidarse y empieza a exponerse. Esta sumatoria podría aumentar exponencialmente la incidencia de pacientes en la segunda ola.
Agregó que se debe tener especial cuidado con los pacientes que tienen secuelas de la enfermedad, pues en ellos una reinfección en una segunda ola puede ser crítica. “La segunda ola siempre es más seria, compleja y peligrosa porque empieza la escasez de recursos. (Además) Hay una fatiga en las medidas porque la población se cansa del mensaje (de prevención) y los que superaron la enfermedad ya se sienten totalmente sanos”, remarcó.
Debido a toda esta situación, la autoridad dijo que la gravedad de casos en esta nueva etapa puede ser mayor, citó que de acuerdo a experiencia internacional, se maneja que mientras en una primera ola se habla de que un 80% de pacientes tendrán síntomas leves, un 15% moderados y un 5% críticos, en una segunda arremetida se puede hablar de 40% con síntomas leves, 40% con moderados y el restante crítico.
Saavedra remarcó que es necesario reforzar la detección y aislamiento de casos en la actualidad para así tener menos posibilidades de complicaciones del sistema en una segunda ola.
Por su parte, Ríos adelantó que además de reforzar la detección de pacientes se prepara el equipamiento de un domo en el hospital Japonés para responder a un posible nuevo incremento de pacientes.
Agregó que como forma de mitigación se aconseja que todavía en septiembre se mantengan las restricciones de circulación y que toda medida que se analice para ese mes apunte a garantizar el distanciamiento social, el uso de barbijos y el uso de alcohol en gel.
“Septiembre no puede ser igual (que antes). Entendemos la situación socioeconómica, pero hay que encontrar un punto de equilibrio ante la eminencia de un segundo brote”, sostuvo.
Por su parte, Prieto remarcó que desde la instancia central se está trabajando en aumentar más camas en hospitales para cuando esta ola se registre en el país.
En ese sentido, en esta jornada, la alcaldesa interina de la capital cruceña, Angélica Sosa indicó que hoy se reunió con la representante del Ministerio de Salud para coordinar el fortalecimiento de nuestras redes en la ciudad. “Desde el Ministerio se han comprometido con la dotación de contratos para médicos, enfermeras y auxiliares para seguir enfrentando esta pandemia”, sostuvo.
El Deber