Se presume que la mujer pudo haber tenido una participación en la distribución de tarjetas.
La fiscal Marcela Terceros informó este martes que la esposa de Julio César Herbas, Mery Balcázar, pasó a ser investigada dentro del proceso por los presuntos ítems fantasmas en la Alcaldía de Santa Cruz. Se presume que la mujer pudo haber tenido una participación en la distribución de tarjetas.
“En las próximas horas, la esposa del señor Herbas está siendo ampliada dentro del proceso. Ya ella toma otra calidad que será la calidad de investigada, está denunciada dentro del proceso”, indicó la letrada a los medios.
“Como ha vertido la cooperativa a través de sus personeros, ella podría haber tenido una participación en la distribución de las tarjetas. Sin embargo, esto es algo a priori que la investigación va a revelar”.
Terceros reiteró que las personas que fueron “sometidas” dentro de esta presunta red de corrupción son consideradas “víctimas” dentro del proceso, por lo que pueden aproximarse a la Fiscalía a declarar de forma voluntaria y serán protegidas por el Ministerio Público.
El caso de los ítems fantasmas tomó mayor notoriedad desde hace un par de semanas, tras la denuncia de Valeria Rodríguez, expareja del exdirector de Recursos Humanos de la Alcaldía cruceña, Antonio Parada. Se calcula que son al menos 800 los ítems fantasmas que forman parte de esta presunta red de corrupción y que el daño económico al gobierno municipal supera los 4,8 millones de bolivianos por mes.
A inicios de la anterior semana se emitieron órdenes de aprehensión contra Antonio Parada y su hermano Guillermo, a la vez que se citó a exfuncionarios ediles a declarar como testigos.
El viernes se produjo el primer arresto en este caso, el de Julio César Herbas. El exfuncionario fue enviado el domingo a Palmasola con prisión preventiva, por los presuntos delitos de conducta antieconómica, uso indebido de influencias e incumplimiento de deberes.
Según las indagaciones preliminares, Parada y sus cómplices hacían amistad con quienes prestaban sus nombres, documentos, elaboraban los contratos y, una vez que eran parte de la red, les ofrecían incentivos para reclutar a más víctimas. Una vez concretado los contratos fantasmas, Antonio Parada se quedaba con las tarjetas de débito de las personas que prestaban su nombre y cada mes entregaba un pequeño monto del total del sueldo para quedarse con la mayor parte del dinero.
Fuente: Página Siete Digital