Travesía de los haitianos muestra un frágil control en los puntos fronterizos

Representantes de derechos humanos llegaron a Pailón para entrevistar a los migrantes que pasan regularmente por la zona, además de las autoridades.

Cargando pocos bolsos y enfrentando el problema del idioma, debido a que muy pocos hablan español, llegan los haitianos a territorio nacional para usarlo como una parada y continuar su recorrido final hacía Perú o Chile, buscando una mejor oportunidad de vida debido a la inestabilidad política y social de su país.

En el último mes y medio, cientos de haitianos cruzaron por el municipio de Pailón y las poblaciones aledañas, mostrando las debilidades del control fronterizo que existe, sobre todo, con el vecino país de Brasil.

El pasado viernes, representantes de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Santa Cruz llegaron hasta Pailón para recabar información sobre la situación de los migrantes que pasan regularmente por el lugar, además de reunirse con las autoridades municipales y coordinar acciones para cuidar los derechos de estas personas.

El representante de la Comisión de Ética de esta organización, Eduardo Vallejo, señaló que uno de los problemas de fondo que se tiene, para el alto número de migrantes, se relaciona con el horario de cierre, 16:00, de las oficinas de Migración en Puerto Suárez.

“El alcalde de Pailón tendría que coordinar con el de Puerto Suárez para ver el por qué está cerrada la oficina de Migración de ese municipio, porque es allá donde se deben sellar los pasaportes. Cuando una persona ingresa a Bolivia, al presentar su DNI le ponen un sello para que pueda circular libremente, y ese es el problema que tienen los haitianos”, dijo el representante.

En tanto, Eliana Molina, vecina de Pailón que, motivada por la solidaridad, junto a otros habitantes del municipio, brindó comida, frazadas y medicinas a los haitianos, observó que existe un permisivo control en las fronteras para que llegue este gran número de migrantes.

“Esa situación es la que duele porque siguen migrando, por lo que nos seguimos preguntando ¿por cuál frontera es la que ingresan? No hay control en las fronteras y vienen a hacerlo ahora (en Pailón) cuando (los haitianos) están lejos y han gastado un montón de dinero”, explicó Molina.

Por su parte, la representante de la Asamblea, María Inés Galvis, dijo que pedirá una reunión con el ministro de Gobierno, Carlos Eduardo del Castillo, para coordinar el trabajo en el caso que lleguen más personas “y se pueda tener un trato más humano con ellos (haitianos)”.

La activista añadió, tras algunas entrevistas, que los migrantes cuentan con permiso para poder moverse, pero en Brasil.

El viernes en la tarde se retiró el último grupo de haitianos que estaba en Pailón, escoltados por personal de la Asamblea de Derechos Humanos, hasta la capital cruceña y de aquí emprendieron hacia La Paz, para luego dirigirse a Perú.

Mayor control

Los representantes de la Asamblea de Derechos Humanos tuvieron una reunión con las autoridades municipales de Pailón, donde se coordinaron algunas tareas, como el pedir una reunión con el ministro de Gobierno para reforzar la frontera y controlar la masiva migración.

En tanto que el nuevo director departamental de Migración en Santa Cruz, Jorge Daga, dijo que se van a reforzar todos los puestos fronterizos, “porque cuando tratan de vulnerar los controles en los puestos migratorios, no van por el lado regular, sino que buscan evadirlos con el apoyo de otras personas”, expresó la autoridad.

Detrás de este flujo migratorio existen redes internacionales de tráfico de personas que están bien estructuradas, que ofrecen guías para cruzar la vasta frontera por caminos inhóspitos e incluso casas para “refugiarse” en caso de que existan controles policiales.

Los agentes de la Felcc de Puerto Quijarro, iniciaron una investigación minuciosa cuando detectaron que el flujo migratorio de los haitianos se incrementó desde abril. Descubrieron que existen redes de tráfico de personas bien estructuradas que tienen nexos con Brasil y Bolivia.

Por Juan Carlos Fortún V.

Fuente: El Deber

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