El Gobierno ha estado esta semana en el centro de las críticas por el caso de la consultora estadounidense CLS Strategies. Al menos cinco contradicciones se encontraron entre las explicaciones que dio el Gobierno y los datos proporcionados por medios internacionales y la misma firma norteamericana.
Entre las contradicciones más significativas está que el Gobierno señaló que no pagó ningún monto a CLS, pero un documento y un comunicado de la firma norteamericana ponen en duda esta afirmación.
El Ejecutivo también aseguró que sólo hubo contactos con CLS, pero la firma indica que sí trabajó en el país. Otra incongruencia es la fecha de los contactos, pues el Gobierno dio dos fechas distintas. Asimismo, si es que el Gobierno buscó una consultora internacional, en el Sicoes no está registrada ninguna convocatoria.
CLS Strategies está bajo investigación en su país luego de que Facebook anulara docenas de cuentas falsas y páginas de redes sociales que difundían información favorable al Gobierno transitorio.
Esta red de desinformación actuaba en tres países: Venezuela, México y Bolivia, según el informe de Facebook, que detalló que fueron removidos 55 cuentas de Facebook, 42 páginas y 36 cuentas de Instagram ligadas a CLS Strategies.
La viceministra de Comunicación, Isabel Fernández, admitió que se tomó contacto con CLS, pero que no se le pagó por los servicios.
“El Gobierno nacional no ha pagado un solo peso por el concepto campaña de desinformación, tampoco dio un peso para la empresa CLS referida y de la que tanto se está hablando”, manifestó.
Sin embargo, un documento de registro del Gobierno de EEUU, citado por el Washington Post, encontró que el Gobierno boliviano acordó en diciembre pagar 90 mil dólares por un período de 90 días.
Asimismo, el Gobierno, en un primer comunicado, afirmó que se contactó con la empresa en diciembre de 2019, pero luego señaló que los contactos fueron también en enero de 2020.
Fernández mencionó el contacto con CLS fue para hacer cabildeos para promover el proceso democrático boliviano. Explicó que, producto de esos contactos, el ministro de Gobierno, Arturo Murillo, tuvo reuniones con personeros de la Casa Blanca.
Sin embargo, la empresa señalo que sus actividades se realizaron a petición de sus clientes en Bolivia, quienes fueron los que financiaron esos movimientos.
“Es importante destacar que nuestro trabajo con clientes anteriores en América Latina, incluida la oposición a regímenes opresivos, no se llevó a cabo en nombre de entidades extranjeras; el trabajo fue financiado y dirigido por clientes dentro de cada país. Esto hace que el trabajo de CLS sea muy diferente de las actividades de influencia extranjera reportadas por Facebook, y cualquier caracterización del trabajo de CLS en los tres países en cuestión como ‘extranjero’ es incorrecta ”, dijo el director ejecutivo de CLS Strategies, Bob Chlopak, en un comunicado citado por el Washington Post.
El Post informó que el Stanford Internet Observatory, un grupo de investigación de desinformación que recibió datos de Facebook, se centró en las cuentas activas en Bolivia y Venezuela, incluidas varias cuentas reales operadas por empleados de CLS Strategies.
Los investigadores no encontraron que las cuentas cerradas por Facebook operaran en conjunto para amplificar artificialmente el contenido, pero encontraron que 11 de las cuentas dirigidas a Bolivia se abrieron en el mismo período de tiempo, en febrero de 2020, y enumeraron a cuatro operadores en EEUU, uno en Bolivia y otro en Venezuela.
“Las cuentas dirigidas a Bolivia apoyaron a la presidenta interina Jeanine Áñez y criticaron a su predecesor, Evo Morales, quien renunció en medio de protestas a nivel nacional en noviembre después de casi 14 años en el cargo”, informó el Post.
El informe del Washinton Post puso el ejemplo de dos de las cuentas falsas creadas para apoyar al Gobierno transitorio. Una de las páginas falsas de Facebook, Prohibido olvidar, publicó contenido principalmente sobre denuncias de fraude electoral y tenía 524 me gusta y 595 seguidores, según el informe. Otra página falsa de Facebook boliviana, Bolificado, se describió a sí misma como una operación de verificación de hechos y en al menos una ocasión contradijo los hallazgos de verificadores de hechos bolivianos auténticos.
Los Tiempos