El Ejecutivo anunció que impulsará una cruzada con los ministros de Salud de Latinoamérica para denunciar esta situación ante la comunidad internacional.
El Gobierno reconoció ayer que hay escasez de vacunas contra el coronavirus y culpa a los países ricos por acaparar el 80% de las dosis.
“Estamos tropezando con los contratos que hemos firmado con las proveedoras de vacunas, no se cumplen porque sencillamente no hay la cantidad necesaria que ellos mismos se comprometieron a vendernos”, dijo ayer el presidente Luis Arce, en la entrega de la construcción de atajados y obras de almacenamiento de agua en el municipio de San Lorenzo, Tarija.
La autoridad explicó que en pasados días, en un encuentro en el municipio de Bermejo, los pobladores le indicaron que no arribaron las vacunas y que “sólo llegaron para los médicos, cuando el Gobierno nacional distribuyó a todos y para que llegue a la población en edad vacunable. Empezamos con nuestros médicos pese a que entraron en paro, pero aún así los vacunamos para que atiendan a la población”.
Recordó que luego se vacunaron los pacientes “con enfermedades de base”. “Estábamos avanzando por edades. Desde los que tienen más edad hasta los más jóvenes íbamos a hacer la vacunación, pero lamentablemente ahí nos hemos visto con problemas”, indicó.
Arce aseguró que “en el mundo hay problemas, ahora hay escasez”. “Medios de comunicación internacionales reflejan que hay escasez de medicamentos de vacunas en todo el mundo porque, claro, todos los países ricos están comprando para sí y nos están dejando a nuestros países, a los más humildes, a los que están en desarrollo, a los pobres (sin los biológicos). No están pudiendo llegar todas las vacunas que están siendo concentradas, acaparadas en los países desarrolladas”, explicó.
Según la autoridad, esta situación ahora se volvió un problema para Bolivia. “Tenemos que plantearlo a nuestros países vecinos. (Queremos) decirles que se tome conciencia que no podemos permitir que en el planeta se cometa una injusticia con nuestros países, que también nosotros tenemos derecho a vivir como tiene derecho a vivir la población de los países ricos, por eso iniciamos la campaña en nuestro país”, precisó.
Ayer, el ministro de Salud, Jeyson Auza, dijo que aún no sabe hasta cuándo se contará con más vacunas, pero coincidió con Arce al detallar que efectivamente hay escasez de los biológicos.
En marzo, Bolivia debía recibir 1,7 millones de vacunas rusas, pero hasta la fecha las dosis no llegaron al país.
Auza hizo una convocatoria a todos los ministros de Salud de Latinoamérica que están sufriendo por ese problema y propuso que entre todos, “en bloque”, se haga un manifiesto “para que el mundo conozca la verdad y la realidad”.
“Hago un llamado a todos los ministros de Salud de Latinoamérica a denunciar esta crisis de egoísmo donde nos vemos afectados solamente algunos países. Nosotros hemos suscrito convenios, los hemos firmado, pero parece que nuestros dólares no sirven en relación a los dólares de otros países poderosos”, indicó Auza, ayer en el Día Mundial de la Salud.
“En este día debemos denunciar al mundo el genocidio disimulado que impone sobre nuestros pueblos el capitalismo inverecundo. ¿Cómo es posible? que menos de 10 países desarrollados acumulen más del 80% de las vacunas, éste es el mayor examen moral que la humanidad está rindiendo y nos estamos aplazando (…)”, dijo el ministro.
Auza indicó que “si no se vacuna a todo el mundo, se permitirá la propagación y la mutación del coronavirus”. “Queremos denunciar esto a la comunidad internacional. Nuestras capacidades científicas deberían favorecer a todo el mundo y no solamente a todos los países que ostentan poder económico”, agregó. Explicó que la escasez de inoculadores se registró a nivel mundial y Bolivia no es la excepción. “No es un problema del Gobierno boliviano, sino de todo el mundo”, añadió.
De todos modos -según la autoridad- el Gobierno no se quedará “inerte” y buscará firmar nuevos convenios para agilizar la entrega de vacunas.
En el cierre de campaña del MAS en Tarija, Arce aseguró que el Gobierno envió vacunas a esa región para “el pueblo, los médicos, no para las familias de los ricos, no para la oligarquía”.
Sergio Montes, sacerdote jesuita, aseguró que las declaraciones son una suerte de “exculpación” sobre el fallido plan de vacunación. Recordó que hace semanas el director de la OMS y el papa Francisco advirtieron y reclamaron sobre la concentración de dosis de vacunas en países más ricos. “O sea que el actual Gobierno no puede decir que no sabían lo que estaba pasando con la distribución (venta) de vacunas”, indicó.
Montes indicó que el plan de vacunación debería tomar en cuenta ese escenario y evitar medidas para evitar la propagación, como no levantar restricciones.
También criticó que no se debería anunciar el plan, cuando no se tienen las dosis. Además, criticó las elecciones de por medio. “En el país hay casi un millón de personas que cobran la Renta Dignidad (870 mil a agosto 2020). Hoy hay menos de 600 mil dosis (o sea alcanzan sólo para 300 mil adultos mayores más), eso no lo sabían el 1 de abril? Y se lanzan creando ilusiones y esperanzas indolentes con los ancianitos/as y enfermos que lo requieren, anunciando vacunación masiva”, sostuvo.
Por Verónica Zapana S.
Fuente: Página Siete