El Gobierno nacional ejecutó la mañana de este lunes el ascenso directo en las Fuerzas Armadas (FFAA), en cumplimiento a su Decreto Supremo (DS) y sin esperar el trámite que debía cumplirse al interior de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP).
La presidenta Jeanine Áñez participó de forma virtual del acto, mediante una pantalla gigante y un televisor que amplificó sus palabras. Ella permanece aislada en la residencia oficial de San Jorge en La Paz porque padece de Covid-19.
Fernando López, titular de Defensa e interino de Salud, fue el encargado, a nombre de la mandataria, de imponer los grados y entregar los bastones de mando, sables y espadas, mientras que la jefa de Estado, vestida de blanco, con la medalla y bandas presidenciales, seguía atentamente el acto.
“No se trata de una imposición de grados y entrega de bastones de mando, sables y espadas; hoy la decisión de nuestra capitana general de las Fuerzas Armadas les da el lugar que se merecen”, exclamó López durante el acto relizado en el Estado Mayor, al dirigirse a los efectivos militares.
El Ministro destacó la labor de la institución castrense, que permanece en primera línea en la lucha contra la propagación del coronavirus.
“Las Fuerzas Armadas no es la primera vez que están en una primera línea de contención o de pacificación como en noviembre. Para las nuevas generaciones, cuando lean la historia de la patria se van a dar cuenta que en cada página y cada letra hay honor y gloria de las Fuerzas Armadas (…). No es un cliché decirles héroes a marineros, soldados, personal de cuadro, mujeres, oficales; es una realidad intrínseca al valor del pueblo boliviano”, afirmó la autoridad de Defensa.
La anterior semana, el Gobierno aprobó mediante decreto el ascenso a generales dentro de la institución castrense ante la negativa de la Asamblea Legislativa Plurinacional de autorizarlos.
Absolutamente todos los uniformados de las FFAA estaban con barbijos y manteniendo la distancia social para evitar contagios. Incluso los integrantes de la banda de música del Ejército estaban debidamente separados.
El Deber