Los incendios forestales en Bolivia destruyeron más de 18,6 millones de hectáreas de bosque en los últimos cuatros años. El fuego arrasó con los parques protegidos, la flora y fauna y puso en riesgo los recursos hídricos.
El año más crítico fue 2019. Ese año, se quemaron 5,7 millones de hectáreas (ha) de bosque. En 2020 se perdieron 4 millones; en 2021, 3,4 millones; en 2022, 4,5 millones, y en lo que va del año, un millón de hectáreas. La mayoría de los siniestros fueron en Santa Cruz.
La presidenta del Colegio de Biólogos de Cochabamba, Patricia Villarpando Vargas, explicó que los incendios forestales ocasionan la pérdida de cobertura forestal que cumple funciones ambientales vitales, como la regulación climática y la provisión hídrica, además de la devastación de la flora y la fauna.
El fuego ocasiona la pérdida de suelo fértil, el aumento de la erosión y la contaminación de los cuerpos de agua, añadió. Además, es una amenaza para los territorios indígenas, comunidades campesinas y la sociedad en general.
Los últimos incendios reportados en el país afectaron a las comunidades San Antonio de Lomerío, Piso Firme, San Matías, entre otras, confirmó el director departamental de Medio Ambiente, Paolo Sauto.
El funcionario dijo que la pérdida de zona boscosa afecta la recarga hídrica, porque “el suelo queda desnudo y ya no infiltra”. Por ello, se afectan los acuíferos superficiales e incluso se contaminan con las cenizas.
“La pérdida de vegetación, la disminución de la materia orgánica y los cambios en las propiedades del suelo podrían ocasionar una disminución en las tasas de infiltración, disponibilidad de agua y aumento de escurrimiento. Las cenizas pueden aumentar la capacidad de infiltración y prevenir o retrasar la escorrentía hasta ciertas cantidades e intensidades de precipitaciones”, explicó.
A juicio de Villarpando, el fuego es un síntoma de un problema mayor: la deforestación. “La pérdida de bosque implica la pérdida de la posibilidad de regular el clima en el lugar, lo que se traduce en sequías más duras que, a su vez, hacen que el bosque sea material combustible para los incendios forestales”.
En los últimos cuatro años, Santa Cruz es el municipio más afectado por el fuego en los bosques. Le sigue Beni.
Los municipios cruceños afectados por los últimos incendios forestales son San Antonio Lomerío, El Puente, Yapacaní, Urubichá, San Ignacio de Velasco, San Matías, Concepción y San Carlos, añadió Sauto.
En San Ignacio de Velasco arde el Parque Nacional Noel Kempff Mercado, lo que pone en riesgo a la comunidad de Piso Firme.
En San Matías, el fuego afecta la comunidad Santa Fe y en Concepción, en una concesión forestal, no se puede controlar el fuego hace más de 40 días. “El problema es la dificultad en el acceso, pese al apoyo de la empresa concesionaria con equipo pesado”, señaló Sauto.
San Antonio de Lomerío ya formalizó su declaratoria de desastre por los incendios y la sequía. Por su parte, San Matías y San Ignacio de Velasco alistan su declaratoria.
El presidente de la Asamblea Legislativa Departamental (ALD), Zvonko Matkovic, informó que se hicieron 14 declaraciones de desastre, de los cuales cinco son declaraciones por sequía e incendios forestales.
Los últimos incendios en Beni fueron en Rurrenabaque, Quiquibey, San Borja, El Palmar, Yucumo y en la jurisdicción beniana del Parque Noel Kempf Mercado, informó el comandante del Comando Conjunto de Respuesta ante Eventos Adversos, Edgar Ampuero.
En La Paz los incendios están en Caranavi, Entre Ríos, Palos Blancos, Alto Puerto Carmen, San Buenaventura, San Miguel del Bala y Larecaja, añadió Ampuero.
Para la bióloga Villarpando, las principales causas de la pérdida de bosques en Bolivia son la ganadería, la agricultura en pequeña escala y la agricultura de gran escala. Seguido de la construcción de infraestructura de transporte, los incendios forestales y, en menor medida, la extracción de madera a gran escala.
1 MILLÓN
En lo que va del año, se registró más de 1 millón de hectáreas quemadas, la cifra más baja de los últimos cuatro años.
OPINIONES
Hay una importante pérdida en relación con la flora y la fauna de especies propias de la Amazonía, principalmente. Patricia Villarpando, bióloga.
La deforestación es una de las principales consecuencias de los incendios forestales que se registran en el país. Rodrigo Meruvia, ingeniero ambiental.
APUNTES
2019
El 2019 fue el año más dañino para Bolivia. Los incendios forestales se situaron entre las catástrofes naturales más devastadoras en el ámbito mundial.
Áreas protegidas
En 2020 y 2021, si bien el impacto general de los fuegos fue considerablemente menor respecto a 2019, el impacto específico sobre las áreas protegidas fue mayor.
Cambios
Los incendios forestales pueden producir cambios en el ciclo hidrológico de las respectivas cuencas hidrográficas. De esta manera, se agrava la situación de la crisis hídrica que se vive en Bolivia, que se prolongará hasta el próximo año, por lo menos.
Fuente: Los Tiempos