El exembajador comparecerá hoy a las 13:00 ante una corte en Miami. Comenzó con tres cargos, ahora tiene 15. Políticos bolivianos aún están sorprendidos por la “operación” cubana que tuvo lugar hace 20 años. Un discurso de junio de 2022 es ya un hito en esta historia.
El exembajador de Estados Unidos en Bolivia, Manuel Rocha, comparecerá hoy en Miami, acusado de ser espía de Cuba; mientras que en Bolivia, políticos y exautoridades creen que fue protagonista de una operación que “torció” la historia.
El exdiplomático quedó bajo el lente de la historia de Bolivia porque se inmiscuyó en la campaña electoral de 2002. “A los que quieren que Bolivia vuelva a ser un exportador de cocaína, el triunfo de Evo Morales pondrá en peligro el futuro de la ayuda de EEUU”, dijo.
Esa declaración tuvo lugar al filo del silencio electoral e indignó al país. Evo Morales, que ya enarbolaba una postura antinorteamericana, obtuvo el 20,94% de los votos. Fue segundo y le ganó por 700 votos a Manfred Reyes Villa, quien era favorito en las encuestas. Gonzalo Sánchez de Lozada ganó los comicios con el 22,46% de los votos y tuvo que aliarse con el MIR de Jaime Paz Zamora, que ocupó el cuarto lugar (16,32%) para llegar a la Presidencia del país.
“Ahora nos damos cuenta” de que esa declaración de Rocha “apoyaba, por una parte, la candidatura de Sánchez de Lozada, quien era delfín de los americanos, pero al mismo tiempo estaba consiguiendo votos para Evo”, afirmó Paz Zamora a EL DEBER.
El actual alcalde de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, llegó a la conclusión de que, con esas declaraciones, Rocha favoreció a Morales de forma intencional y que aquello fue una instrucción del régimen castrista. “Claro que actuó a propósito. Estoy seguro que no era el Departamento de Estado, sino que era Cuba que le ha instruido, porque sabía que iba a favorecer al señor Evo Morales” aseguró sobre el presunto favorecimiento de Rocha al MAS.
El exministro Carlos Sánchez Berzaín reveló que el expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada siempre desconfió de Manuel Rocha. “Fue un rechazo desde que se conocieron y siempre me recomendó tener cuidado porque no era un embajador anglosajón en todo el sentido”, apostilló.
Además, señaló que sus dichos afectaron al MNR en las elecciones de 2002 y que el llamado “rochazo” “torció la historia del país”, porque levantó al jefe del MAS.
Casi en paralelo, el exmandatario Jorge Quiroga y Evo Morales se enfrentaron a través de las redes. Quiroga tildó a Morales de “Rochita”. Le observó que antes le decía de “gringo imperialista” y ahora le dice “cubano”. “Evo: ¿Cuántas veces y cuándo te reuniste con tu jefe Rocha en Cuba?”, cuestionó Tuto, a tiempo de señalar que Morales está en “pánico” a causas de este caso que está en manos del FBI.
Morales respondió a Tuto calificándolo de “engendro del dictador Banzer y eterno perdedor golpista que nunca ganó una elección”.
El demandado por el Departamento de Justicia de EEUU presentó el miércoles 6 de diciembre, una carta dirigida a la corte federal sur de EEUU, donde se ventila el proceso en su contra, a través de la abogada Jacqueline Arango, que trabaja para el bufete Akermann LLP, que lo defiende. Era una solicitud para que la audiencia en su contra, prevista para la pasada semana, se posponga hasta hoy.
“El demandado Víctor Manuel Rocha presenta esta moción acordada para la continuación de su audiencia de prisión preventiva. Una acusación del gran jurado, que acusa al señor Rocha se emitió hoy y como tal se necesita tiempo adicional para prepararse adecuadamente para la audiencia de prisión preventiva. El Gobierno no se opone a esta solicitud, ambas partes están disponibles para esta audiencia”, que se realizará hoy a la misma hora (13:00).
Se le agregaron varios cargos. Oficialmente se informó que se le iniciaba, el 1 de diciembre, por tres: Un proceso por actuar como agente ilegal de un gobierno extranjero, en este caso Cuba, otra por conspiración, derivada de ese mismo crimen, y la tercera por defraudar la confianza de los EEUU.
Luego se informó que tiene otros 13 cargos adicionales, 15 en total, según el siguiente detalle: cinco cargos por fraude electrónico, tres por hacer una declaración falsa en una solicitud de pasaporte, cuatro por uso de un pasaporte obtenido por una declaración falsa y uno por declaraciones y representaciones falsas, según el documento de la acusación. Podría recibir una pena acumulada máxima de 60 años en prisión.
Fuente: El Deber