Según el presidente de YPFB, se extreman esfuerzos para reconducir el proyecto de la urea y hacer que sea rentable, aunque se detectaron problemas desde su concepción.
“Este es el peor capricho político que se realizó en YPFB, este es el negocio más deficitario que tenemos actualmente en YPFB y, en estos dos meses, estamos buscando como volver estos números rojos en favorables”, aseguró en rueda de prensa.
Explicó que, inicialmente, se acordó que la construcción de la planta sea por 890 millones de dólares, pero al final se adicionaron 110 millones de dólares, por lo que su edificación costó en total 1.000 millones de dólares.
Además, dijo que se tuvo que agregar 53 millones de dólares por dificultades en el transporte, almacenaje y puntos de embarque, por lo que el proyecto demandó, al final, 1.053 millones de dólares.
También reveló que, al iniciar la construcción de la Planta de Urea, en 2015, se proyectó que el precio de la tonelada métrica debía costar 800 dólares, pero al terminar el proyecto, ese costo bajó a 253 dólares, en el mercado internacional.
“Como va cuadrar los números si los precios están muy por debajo de lo planificado”, lamentó.
En ese sentido, mencionó que a corto plazo se prevé parar las operaciones en la planta, mientras dure la auditoría, y solo se la hará funcionar para garantizar la provisión del fertilizante en el mercado interno.
“Hay una auditoría extrema que estamos haciendo, estamos localizando los máximos esfuerzos para tener esta planta funcionando porque debería ser un negocio rentable”, remarcó.
“Todo lo que nos genera el costo de la importación de combustible es 1.000 millones de dólares, esos los ingresos que tenemos de gas por venta de gas que, aproximadamente, son 2.000 millones de dólares; quiere decir que por importar combustibles nos estamos consumiendo el 50% de los ingresos que tiene este país”, lamentó.
Según el presidente de YPFB, en 2019, el país destinó 700 millones de dólares para importar diésel y alrededor de 300 millones de dólares en la compra de gasolina especial.
Aseveró que esa situación es la más “crítica” que heredó la actual administración de YPFB.
No obstante, aseguró que se extremarán esfuerzos para reducir los costos en la importación de combustibles y que el país tenga mejores ingresos por el negocio del gas.
“Yo les garantizo que vamos a buscar la forma máxima de como disminuir estos costos para, así, tener mayores ingresos o tener mayores ahorros para los bolivianos”, relievó.
Actualmente Bolivia importa el 60% de los combustibles que requiere, ya que su producción no puede llegar a su máxima capacidad por un problema estructural que le impide optimizar la actividad en sus refinerías, mencionó el presidente de YPFB.