El cohete europeo Vega-C se desintegró en el espacio tras ser lanzado en su primer vuelo comercial: “La misión está perdida”
El lanzador ligero europeo Vega-C, que debía realizar su primer vuelo comercial, se perdió el martes poco después de despegar de Kourou, en la Guayana Francesa, con dos satélites Airbus a bordo, informó la empresa responsable del lanzamiento.
Diez minutos después del despegue, a las 22:47 hora local (01:47 GMT), la trayectoria del lanzador se desvió de la ruta prevista, y luego los datos dejaron de llegar a la sala de control del Centro Espacial de Kourou.
“La misión está perdida”, explicó en una breve comparecencia en línea ante los medios Stéphane Israel, el presidente de Arianespace, el consorcio que explota las lanzaderas europeas Vega y Ariane.
En un comunicado también escueto, Arianespace precisó que “aproximadamente 2 minutos y 27 segundos después del despegue, se ha producido una anomalía en Zefiro 40 (el segundo nivel de la lanzadera) y eso ha puesto fin a la misión Vega C”.
El consorcio, que es una filial a partes iguales del grupo europeo Airbus y del fabricante francés de motores aeronáuticos Safran, agregó que “se están realizando análisis de datos para determinar las razones de este fallo”.
Arianespace determinó inicialmente que no quedaron escombros después del despegue de la lanzadera, de fabricación italiana.
El cohete Vega-C tenía que poner en órbita dos satélites de observación construidos por Airbus, Pléiades Neo 5 y 6, los dos últimos de la serie de Pléiades Neo que permiten captar imágenes de cualquier punto de la Tierra varias veces al día con una resolución de 30 centímetros.
El evento del martes estaba programado como el primer vuelo comercial del cohete después de su lanzamiento inaugural el 13 de julio.
Previsto inicialmente para el 24 de noviembre, el vuelo fue aplazado un mes debido a un elemento de lanzamiento defectuoso.
Vega-C –C de “consolidación”, según el fabricante italiano Avio— es una versión mejorada del lanzador ligero Vega, enviado al espacio 20 veces desde 2012, pero que registró dos grandes contratiempos en 2019 y 2020. Su modernización ha supuesto en particular un aumento de alrededor del 50 % de la potencia para poder llevar cargas de hasta una tonelada.
Este nuevo fracaso es un duro revés para la Agencia Espacial Europea (ESA), responsable de los programas de lanzadores europeos, en un contexto de feroz competencia mundial en el sector, con el estadounidense SpaceX a la cabeza.
Fuente: Infobae