La agencia estadounidense emprende así la avanzadilla de satélites destinados a estudiar con mayor precisión el desarrollo de los meteoros. Esto además ayudaría a prevenir desastres.
La agencia aeroespacial estadounidense NASA lanzó este lunes desde una base en Nueva Zelanda dos satélites diseñados para rastrear huracanes y ciclones tropicales, en un proyecto que podría mejorar las predicciones meteorológicas sobre tormentas que resultan devastadoras. Los nuevos rastreadores de tormentas, puestos en órbita en un cohete construido por la empresa estadounidense Rocket Lab, pueden sobrevolar huracanes (o tifones en el Pacífico) cada hora, en comparación con cada seis horas de las mediciones de satélites actuales.
Los investigadores podrán ver la evolución de las tormentas cada hora, dijo el científico de la NASA Will McCarty en una conferencia de prensa para el primer lanzamiento de la misión TROPICS. “Todavía hacen falta satélites más grandes”, agregó. Con los lanzados este lunes, “obtenemos la capacidad de agregar más información a los satélites insignia con los que ya contamos”.
Constelación de satélites
Una segunda nave construida por la empresa Rocket Lab será lanzada en aproximadamente dos semanas, con dos pequeños satélites más, para completar una constelación de cuatro satélites de seguimiento de huracanes. La información recopilada sobre las precipitaciones, la temperatura y la humedad, podría ayudar a los científicos a determinar dónde tocará tierra un huracán y qué tan intenso será, ayudando a las personas que viven en las zonas costeras a estar mejor preparadas para posibles evacuaciones ante desastres naturales.
“Muchas organizaciones operativas como el Centro Nacional de Huracanes y el Centro Conjunto de Alerta de Tifones y muchas otras están listas para recibir imágenes tropicales para ayudar a informar a sus meteorólogos”, dijo Ben Kim, ejecutivo de programas de la NASA.
A largo plazo, una mejor comprensión de la formación y evolución de estas tormentas podría ayudar a mejorar los modelos climáticos. Originalmente, la constelación iba a componerse de seis satélites, pero los dos primeros se perdieron cuando un cohete Astra de Estados Unidos falló poco después del despegue el año pasado.
Fuente: Deutsche Welle/AFP