En la actualidad, Marte es un vasto y frío desierto. Las imágenes que hemos capturado a lo largo de los años con diferentes misiones, como Curiosity de la NASA y Tianwen-1 de la CNSA, por mencionar las más recientes, nos han permitido observar el peculiar paisaje marciano, caracterizado por dunas de color naranja rojizo, cráteres y volcanes.
También hemos visto enormes deltas y riberas que sugieren que alguna vez fluyó agua sobre la superficie del planeta, pero no son el único que elemento que tenemos para sostener esta hipótesis. La sonda espacial Mars Express de la ESA y la Mars Reconnaissance Orbiter de la NASA han hecho un gran aporte con sus instrumentos.
Gracias al espectrómetro de cartografía mineralógica visible e infrarroja (OMEGA) de la sonda europea y al espectrómetro visible y de infrarrojo cercano (CRISM) de la sonda estadounidense hemos conseguido detectar depósitos de minerales acuosos lo largo y a lo ancho del planeta y crear un mapa detallado con todos ellos, explica la ESA.
Nuevas pruebas de que hubo agua en Marte
Pero, ¿por qué es importante este hallazgo? Los minerales acuosos, según creen los expertos, provienen de rocas que han sido químicamente transformadas por la acción del agua del pasado, pero que hoy se presentan como arcillas y sales, lo que puede ayudarnos a entender la evolución geológica de la mineralogía en Marte.
En nuestro planeta, las arcillas se forman cuando el agua interactúa con las rocas, siendo la cantidad un factor determinante para el tipo de arcilla. La esmectita y la vermiculita, por ejemplo, se forman con pocas cantidades de agua, lo que se traduce en que conservan la mayoría de sus elementos químicos originales (hierro y magnesio).
Como posiblemente imaginas, cuando hay mayor cantidad de agua, se forman otros tipos de arcillas, que tienen a desprenderse de las propiedades originales de las rocas de origen. En este caso, los elementos solubles tienden a ser arrastrados y podemos observar arcillas ricas en aluminio como el caolín.
Los investigadores de ambas agencias espaciales se han llevado una gran sorpresa. Algunos de estos minerales están presentes en Marte, y en generosas cantidades. Hace una década creíamos que existían alrededor de 1.000 afloramientos, pero con el nuevo mapa hemos identificado “cientos de miles” en muchas partes.
A medida que más estudian el planeta rojo, los expertos descubren nuevas característica de su historia. Si la presencia de minerales acuosos era escasa, era de suponer que la presencia de agua habría estado limitada en extensión. Ahora, por el contrario, se cree que “desempeñó un papel muy importante en el pasado del planeta”.
“La evolución de mucha agua a nada de agua no es tan clara como pensábamos, el agua no dejó de fluir de la noche a la mañana. Vemos una gran diversidad de contextos geológicos, por lo que ningún proceso o línea de tiempo simple puede explicar la evolución de la mineralogía de Marte”, dice John Carter, del Institut d’Astrophysique Spatiale (IAS) y Laboratoire d’Astrophysique de Marseille (LAM), Université Paris-Saclay y Aix Marseille Université, Francia.
El nuevo mapa del agua de Marte
En el mapa que encontramos más arriba en este artículo observamos los depósitos minerales hallados por las dos misiones espaciales. En su mayoría se trata de arcillas incluyen los minerales ricos en hierro y magnesio como la esmectita y vermiculita. Además, se incluyen varios puntos de interés y posibles lugares de aterrizaje para futuras misiones tripuladas.
Mawrth Vallis, un antiguo canal de salida de agua que es rico en arcillas, es uno de ellos. Oxia Planum, otra región rica en arcilla, ha sido seleccionada como lugar de aterrizaje para el rover Rosalind Franklin de la ESA. Meridiani Planum, por su parte, se extiende a ambos lados del ecuador marciano y fue el lugar de aterrizaje del Mars Exploration Rover Opportunity de la NASA.
Valles Marineris es uno de los cañones más grandes del Sistema Solar. El cráter Gale y el cráter Jezero, fueron los lugares de aterrizaje de los rovers Curiosity y Perseverance de la NASA respectivamente, este último también ha sido sobrevolado por el pequeño helicóptero Ingenuity. Pero, ¿cómo hicieron este mapa? Dos instrumentos jugaron un rol fundamental.
CRISM proporcionó imágenes espectrales de alta resolución de la superficie (hasta 15 m/píxel) para áreas muy localizadas. OMEGA, por su parte, realizó un mapeo completo de Marte con resolución espectral alta con una mejor relación señal-ruido para detectar minerales. Además, los investigadores cuantificaron y clasificaron los datos para elaborar los mapas actuales.
Los detalles de la investigación se pueden encontrar en un artículo publicado en la revista Icarus, pero el trabajo de los investigadores continúa. Ahora que sabemos cuáles son las zonas más ricas en minerales acuosos en Marte, podemos establecer lugares de aterrizaje más precisos para hacer estudios científicos, ya sea con equipamiento robótico o en futuras misiones tripuladas, aunque para esto último primero tendremos que volver a la Luna, y un paso importante es el lanzamiento de Artemis I.
Fuente: Xakata